Termina el año y hacemos nuestro balance financiero particular, caracterizado por gastos derivados de los regalos navideños y las inevitables comidas familiares y de empresa. Sin caer en los habituales sentimientos de culpabilidad que tras el relativo derroche navideño empezamos a notar, sí debemos empezar a cimentar la recuperación de nuestro presupuesto familiar.
El secreto para lograr alcanzar el objetivo marcado se basa no solo en imponer nuestra fuerza de voluntad, sino en ser sensatos en la creación de nuevos hábitos que nos permitan alcanzar con solvencia nuestra meta. No ajustar estos propósitos a nuestra realidad financiera puede acarrear una importante pérdida de motivación y, consecuentemente, el progresivo abandono de nuestro proyecto de ahorro.
Consejos para ahorrar en el nuevo año
Si eres reincidente en estrategias de control de gastos incumplidas, es el momento de hacer balance. Reevalúa que medidas han tenido éxito este año, cuántas han sido determinantes para sanear tu situación económica, cuáles ha sido más difíciles de llevar a cabo y rediseña tu estrategia de ahorro. Si es la primera vez que te planteas seriamente controlar tus gastos mensuales mediante el diseño de un plan financiero, te damos algunos consejos que deberás seguir:
- Ordenar los propósitos por grado de dificultad. Debes concentrarte en dos o tres objetivos principales, de nada sirve elaborar una interminable lista de propósitos repleta de buenas intenciones si no nos va ser posible llevarlos a buen término. Aquellas personas que no han tenido costumbre de ahorrar en sus gastos, encontrarán muchas dificultades en alcanzar la disciplina suficiente para alcanzar sus objetivos. Si hablamos de cifras, una meta realizable es conseguir el ahorro del 10% de tus gastos. Si haces cuentas, te sorprenderás de la cifra resultante, y con ella puedes planear un proyecto concreto: la renovación del coche, un viaje, unos estudios o salir de alguna deuda.
- Reduce el importe de tus facturas. Hay muchos gastos a los que no podrás renunciar, sobre todo derivados del consumo energético: luz, gas, agua, internet…, pero sí puedes renunciar la cuantía de la factura. Busca compañías que ofrezcan los precios más competitivos, sobre todo en lo que respecta a internet y teléfono, con tarifas unificadas con precios muy competitivos. Más complicado es lograr el mismo objetivo con las compañías de consumo eléctrico, ya que, a pesar de los esfuerzos de la Administración por clarificar y reducir las tarifas, sigue siendo un asunto algo complicado para el consumidor medio. La mejor receta, es reducir el consumo con eficientes medidas de ahorro energético.
- Disminuir las salidas. O al menos espaciarlas para disminuir sus gastos derivados. A los españoles nos encanta salir y forma parte de la idiosincrasia nacional, pero ante la falta de dinero, se hace imprescindible hacer más planes en casa. Prepara cenas, fiestas, visionado de películas y todo lo que se te ocurra para disfrutar del hogar y evitar pisar demasiado la calle.
- Control de gastos en rebajas. La clave es comprar cada artículo en el momento justo, no cuando nos veamos impelidos ante la avalancha consumista de las rebajas; ni cuando veamos la necesidad y no podamos buscar el mejor precio. La mejor técnica es anotar los productos que queremos adquirir y estar pendientes en nuestras tiendas de referencia de ofertas puntuales sobre ellos. De esta manera, no compraremos de manera impulsiva artículos que no necesitamos y aprovecharemos las ofertas de los que sí.
- Compartir los objetivos con otras personas. No te sientas solo en tu iniciativa de ahorro. Coméntalo con algún amigo que haya conseguido metas similares para que supervise tus avances y te insufle ánimos en los momentos de debilidad. Además de aportarte buenos consejos financieros, te sentirás acompañado en tu proyecto ahorrativo.
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