En la actualidad es posible que los solicitantes de créditos accedan a préstamos sin nómina. A pesar que desempleados o pensionistas son dos de los sectores de la población con más dificultades para conseguir financiación, la llegada el mercado crediticio de los mini préstamos ha abierto una puerta que hasta ahora se encontraba cerrada.
La falta de trabajo y el crédito
Si definimos la nómina como la suma de los conceptos retribuidos a los empleados por su trabajo, podemos afirmar que hay millones de españoles que en la actualidad no se encuentran en esta situación. La posesión de una nómina se ha convertido tradicionalmente en el aval necesario para acceder, por ejemplo, a préstamos hipotecarios o a la financiación a plazos de la compra de un televisor. Carecer de ella conlleva no sólo problemas a los ciudadanos a la hora de endeudarse para comprar bienes de consumo; sino que, desde una perspectiva general, los impuestos aplicados a ella afectan considerablemente a las arcas del estado con el que sufragamos buena parte del gasto público. La disminución del volumen de dinero recaudado en los últimos años debido al crecimiento de la tasa de paro y el progresivo envejecimiento de la población y el aumento de las subsecuentes pensiones, han justificado en buena medida los recortes en inversiones por parte de las Administraciones públicas.
El negocio de prestar dinero tiene una premisa ineludible: el que presta el dinero debe recuperarlo en el plazo estipulado por contrato. Esta obviedad es la máxima que preside los mecanismos de validación para la mayoría de entidades financieras; si el solicitante no dispone de una retribución fija no se puede confiar en su capacidad para devolver el importe solicitado. No se trata en este caso de una desconfianza en la intención, si no en la solvencia económica necesaria para afrontar los pagos. La intervención de la Administración como garante de la financiación de particulares y empresas de cara a los prestamistas es una de las medidas que se están tomando para aflojar el grifo del crédito que lleva años sin soltar ni gota.
En todo caso, hasta que las cifras de desempleados no disminuyan significativamente (y no estacionalmente), no cambiará el rumbo de esta ominosa singladura que el país lleva años recorriendo.
Los préstamos sin nómina para desempleados y pensionistas
En este escenario, las razones que dificultan obtener créditos sin nómina están meridianamente claras para todos. Llegados a este punto, ¿cómo puede un pensionista a un desempleado que cobre la prestación conseguir dinero rápido para, por ejemplo, pagar la cuota de la hipoteca? No se trata de pedir un créditos sin nómina para cambiar el utilitario por un deportivo, si algo hemos aprendido en este periodo de estrecheces es ser comedidos y responsables con nuestros gastos. Son necesidades puntuales de dinero para sufragar gastos importantes e ineludibles, para todos estos casos se crearon los préstamos sin nómina: préstamos de dinero rápido a corto plazo. Su cuantía no es muy elevada y su periodo de amortización bastante corto.
No se trata, en ningún caso, de un producto financiero que deba emplearse para abonar otros préstamos ni es recomendable abusar del servicio; se trata, repetimos, de una inyección puntual de dinero líquido, de una línea de crédito abierta para cuando el cliente lo necesite. Nos gusta pensar que nuestros microcréditos ayudan a nuestros clientes a salir de apuros financieros y está en nuestro empeño llevar nuestro servicio a todos los sectores posibles, incluidos los préstamos sin nómina.
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