Después de muchos años en los que las compañías telefónicas enganchaban a sus clientes con terminales y con tarifas ilimitadas, el panorama ha cambiado. Tanto Movistar como Vodafone han decidido poner punto y final a estas ofertas que hacían disminuir su margen de beneficios. La llegada de los servicios de video y audio en streaming y el consumo masivo de la tecnología 4G es el pretexto de las operadoras para esta subida generalizada de tarifas.
Esta tendencia venía anunciada desde hace tiempo, desde que la tecnología de los terminales móviles los convirtió en un producto caro, pero cada vez menos exclusivo. A su vez, estos dispositivos exigían cada vez mayor consumo de datos, debido a sus prestaciones y los usuarios demandaban conexiones más rápidas.
Movistar y Vodafone han sido los primeros en marcar la senda que está destinada a presidir las nuevas tarifas móviles: más caras, con mayor velocidad y con servicios anexos que aportarán su valor añadido, como soporte para aplicaciones de voz, servicio de televisión que compartir en varios dispositivos o almacenamiento en la nube. Telefónica cobrará 5 euros más al mes a los clientes de Movistar Fusión, mientras que Vodafone ya ha subido sus tarifas entre uno y nueve euros.
Si atendemos a los datos de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), las operadoras llevan perdiendo niveles de ingreso desde 2008 y su facturación descendió el año pasado un 5,9%. Aunque esta cifra puede tener muchas lecturas, lo cierto es que las compañías no están dispuestas a librar una batalla de precios a la baja, con el añadido de la inversión que están realizando en tender las nuevas redes de conexión ultrarrápida: tanto la fibra óptica con la red móvil 4G.
Orange todavía no ha dicho nada acerca de sus próximos movimientos, más preocupada de la absorción de Jazztel y las alternativas más claras ante esta subida de precios se encuentran en los operadores móviles virtuales (OMV), como Simyo, Pepephone o MásMóvil, que ofrecen tarifas muy competitivas con las mismas redes que los tres grandes, ahorrando los costes derivados de las tiendas físicas y la cadena logística.
Los grandes operadores apuestan por el cliente de servicios integrados (televisión, internet, móvil, fijo…) y comienzan a penalizar al usuario específico de telefonía móvil que demandaba alta tecnología en sus terminales y tarifas baratas. Aunque la alternativa son las OMV, sus cifras de este 2015 hablan de cierta desaceleración en su captación de clientes y líneas.
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